Mysterious Waters Collection – APODEMIA

Apodemia   presenta Mysterious Waters, la nueva colección de diseño exclusivo que la marca de joyas  ha creado inspirándose en fortunas del pasado que fueron abandonadas a su propia suerte cuando los barcos en que viajaban sucumbieron ante la furia del mar, sin otro remedio que naufragar estrepitosamente.

Fue en la noche del 8 al 9 de abril de 1830 cuando las aguas próximas a la bahía de Diamante, al sur de la isla de Martinica, en la frontera oriental del Caribe, se convirtieron en el escenario del naufragio del que sería el último barco de esclavos que intentó llegar a aquella costa. Justo allí, al pie del acantilado, mirando al mar, se erigen hoy 15 enormes figuras de cemento en honor a los esclavos que perdieron la vida en el desastre. Un monumento que infunde un enorme respeto a su memoria, pero también hacia unas aguas que, pese a todo, no han entendido nunca de distinciones a la hora de engullir flotas enteras de barcos, pues en lo más hondo y frío de su ser no yacen únicamente los restos de embarcaciones que transportaban miseria. También dinero, joyas, reliquias y otros objetos de valor pertenecientes a familias ricas y grandes armadas o que el mar se apropió después de que unos sanguinarios piratas se los arrebatasen a sus dueños o acabasen de ser desenterrados en una recóndita isla desierta. Tesoros y botines que habían permanecido ocultos en las profundidades… hasta ahora..

Mysterious Waters, una colección con reminiscencias barrocas, reflejo de la ostentación y la opulencia de la que hacían gala sus portadores originales, puestas a merced de las inescrutables corrientes del océano y bajo la custodia de las criaturas y la vegetación del fondo marino. Joyas a las que Jimena Von Knobloch, directora creativa de Apodemia, ha conseguido devolver parte de la luminosidad y el brillo que perdieron al ser depositadas en las sombras más oscuras, limando a base de feminidad, color, delicados toques orgánicos y la patente de oro blindado de 18 quilates exclusiva de la marca la rudeza de la que se fueron contagiando con el paso de los años, cuando parecían condenadas a la corrosión y el irremisible paso del tiempo.